domingo, 25 de noviembre de 2012

SEÑALES DE SOCORRO:
Nuestras esperanzas de vida poco a poco se iban agotando, y el capitán dio señales de socorro a varios barcos, y lanzaron bengalas pero no hubo mucha suerte, solo un buque navío que rondaba a 58 millas y fue este el que intento rescatar al Titanic. Aun habiendo encontrado este pequeño barco, sigueron insistiendo mandando bengalas y llamadas de socorro. Pero al final, no consiguieron nada.

LA COLISIÓN:
Después de darnos la noticia del iceberg al que nos acercábamos y de meternos con gran miedo a nuestros camarotes, el barco navegaba a 22,5 nudos, una velocidad adecuada para la distancia en la que estaba el iceberg. A unos metros mas adelante, el tripulante Frederick Fleet vio que nos acercábamos a un iceberg de gran tamaño, segundos después hizo sonar una campana unas 3 veces y aviso con una telefoneada al puente de mando. Al recibir la llamada, le dieron la orden de virar hacia estribor, es decir hacia la derecha y eso hicieron, pero en realidad el buque tendría que girar en la otra dirección sino así se chocaría con el iceberg, y así fue, unos segundos mas tarde el casco por debajo de la línea de flotación se vio inundado por el choque del iceberg, se soltaron los remaches y se abrió una vía de agua por la que entro mucho agua y provocó inundaciones, por ello un tripulante ordeno que se cerraran las puertas estancas. Minutos mas tarde la proa se hundía  5 de los compartimentos ya estaban inundados por el agua. Nos alertaron de que nuestro buque se estaba inundando debido a la tanta cantidad de agua que entraba y que si seguía así el barco se hundiría  A las 00:20, el agua ya había invadido algunos de los camarotes que componían el Titanic, esto provoco un aumento de nerviosismo en todas las personas y una esperanza de viva nula.



INFORME SOBRE EL ICEBERG:
Tal día como el 14 de abril de 1912, a las nueve de la mañana  varios buques nos informaron de la aparición de icebergs de gran tamaño, cerca de nuestro barco, pero no le dieron mucha importancia. De nuevo, por la tarde cuatro buques mas nos informaron de la misma noticia, sin embargo, el barco siguió navegando con la misma velocidad y sin ninguna preocupación. Aproximadamente, desde las siete y media de la tarde a las nueve y media volvimos a recibir mensajes de alertas de dos buques.
Media hora mas tarde, dos vigilantes en servicio, se sustituyeron por Frederick Fleed y Reginald Lee.
En ese momento de nerviosismo y mal estar, nos avisaron a todos los tripulantes de que nos acercábamos a grandes icebergs, que no nos asustáramos, pero conseguir eso era difícil, así que todos nos alojamos con miedo en nuestros camarotes, hasta recibir alguna nueva noticia.